Editorial: Antes de comenzar esta nueva editorial queremos agradecer las numerosas muestras de ánimo, energía, fuerza, aliento, cariño, que nos han dado personas que están al otro lado de nuestro diario digital. Muchas gracias, porque ellos y ellas son nuestro motor, gasolina, referencia. Cuando nos dijeron a primera hora de la mañana que se había quemado el edificio en Francia donde tenemos alojado el cerebro del diario digital Manacor Noticias y sus 21 portales web del Grupo, nos quedamos helados. Sin poder respirar. Era una prueba más en el camino que debíamos superar y sin ninguna pereza nos propusimos levantarnos de nuevo porque la toalla no se tira nunca.

En aquella fortaleza donde se alojaban más de 600.000 webs no había copias ni tampoco posibilidad de recuperar nada. Hemos partido de cero de nuevo y hemos ido cargando en 72 horas nuestros miles de archivos, todavía nos falta ir ajustando y perfilando la nueva realidad, pero tenemos en pie lo fundamental, los banner, las noticias, toda la información que generan las diferentes pestañas y por supuesto muchas ganas de volver a ser los de siempre. Compromiso con el usuario, los vecinos, la información sin manipulación ni intermediarios, nuestros anunciantes siempre han defendido que prevalezca la verdad y que se escuche a todas las partes.

Somos humildes, pequeños, pero nuestro optimismo e ilusiones no terminan con un fuego por grande que sea, ni por tener que trabajar día y noche para poner encima de la mesa la información más cercana, esa que sabe a pueblo, a lo nuestro. Volvemos a la parrilla de salida a cumplir sin fiesta alguna los 365 días del año. Que nadie lo dude, somos un equipo con la fortaleza bien sólida y todos, todas nos hemos conjurado estar de pie sin contemplaciones. Hacemos un trabajo social que es nuestra obligación. El que se piense que hemos flaqueado ni un segundo está equivocado. Para nosotros la información es una religión, no podemos vivir en un país donde no hay prensa libre. Los pesebres y servidumbres generan injusticias, oscuridad, subjetividad, muerte.

Vamos a lo esencial para ustedes. Ayer hubo reuniones varias sobre el futuro de Perlas Majórica, los empleados no quieren perder sus puestos de trabajo y presentarán alegaciones al juez para evitar que la empresa que compre la perlera no deslocalice la referencia Manacor y mantenga el mayor número de empleos. En la puja el que más dinero aporta en su compra, casi 10 millones de euros, es el que despedirá a más trabajadores. El dinero no tiene corazón, ni sentimientos.

Son 15 días de plazo para poner todas las cartas encima de la mesa. El Ayuntamiento de Manacor, el Govern, trabajadores y el pueblo, conocen lo que ocurre a la perfección. Es un momento difícil y Majórica aquí es mucho más que una fábrica con varios puntos de venta por donde pasan millones de turistas.

El lunes 15 cambian las reglas del juego con el COVID-19 y todos/as seremos más libres. Comienza una desescalada que hará posible mitigar los problemas económicos y sociales. Abren hoteles, bares y restaurantes, grandes superficies, espacios de ocio infantil y para celebrar cumpleaños. En definitiva en nuestras manos está cumplir los protocolos y comenzar a sumar. Comienzan las vacunas a dar sus resultados, como siempre la administración es lenta y macabra.

Quien no recuerda los escritos de Franz Kafka donde el agrimensor lo intentó todo y se encontró con el muro de la burocracia y sus cientos de papeles que entierran al más paciente e informado. Anuncian 1.000 millones para Baleares. Cuando entren ustedes en la letra pequeña de ese dinero será como subir varias montañas de 8.000 metros de altura y sin oxígeno. Es un hueso de plástico para entretener al autónomo. Aire a toneladas pero cargado de contaminación.