No tuvo un debut plácido Rafa Nadal en Montreal. No solo por la lluvia, que también. Daniel Evans, 53 del mundo, se mostró como un rival correoso, que incluso estuvo a punto de dar un susto al vigente campeón en el primer set. Finalmente, el balear de Manacor impuso su ley por 7-6(6) y 6-4 , accediendo de esta forma a la tercera ronda, donde espera Guido Pella. El británico, sin nada que perder, salió más despierto que el manacorí, y ya en el primer juego del encuentro se anotó el primer break.

Cuando el británico, muy seguro con su servicio en sus primeros turnos de saque, dominaba por 3-1, la lluvia hizo acto de aparición por primera vez. Fue un parón corto, de seis minutos y medio, pero suficiente para despertar al mallorquín. En la reanudación, Nadal logró el break, enlazó tres juegos consecutivos, y por primera vez se sentó yendo por delante en el marcador: 4-3.A partir de ahí, los servicios volvieron a ser protagonistas. Aún así, el balear tuvo dos bolas de break, que también eran de set, con 5-4, pero Evans, con una eficacísima combinación de saque y volea en ambas ocasiones neutralizó la amenaza.

Cuando con 6-5 el manacorí volvía a restar para anotarse el primer set, la lluvia volvió a hacer acto de presencia, en un parón que se extendió unos veinte minutos. A la vuelta, Evans ganó su saque en blanco, por lo que la primera manga hubo de dirimirse en la muerte súbita. Comenzó mejor el británico, que se apuntó el primer minibreak, y llegó a gozar de una renta de 5-2 primero y de 6-4, dos bolas de set, después. Ahí emergió un Nadal que no quería más sobresaltos de los debidos, y con dos derechas ganadoras estableció la igualdad en el marcador primero (6-6), y posteriormente impuso su ley en su tercera bola de set, anotándose la muerte súbita por 8-6.

El español parecía haber puesto la directa, ganando con facilidad los dos primeros juegos del segundo set, cuando la lluvia hizo su última aparición del día, provocando la tercera interrupción. Interrupción de la que sacó partido Evans, que, tras salvar una bola de rotura que hubiera significado el 4-1, logró el break en el juego siguiente, igualando la contienda en el segundo parcial: 3-3.

La reacción del último campeón de la Copa Rogers no se hizo de esperar: nueva rotura y nueva ventaja en el marcador: 4-3.A partir de ahí, fue cuestión de mantener el saque hasta firmar el 6-4 final que le da el pase a la siguiente ronda del Masters 1000 canadiense tras algo más de dos horas de lucha, no solo contra el rival, sino también contra los elementos metereológicos. Información escrita por Carlos Bautista del diario deportivo Marca y editado por la Agencia Manacor Noticias, con fotos de la ATP.